RNtv Briconsejo nº 42 Sin honores

Pocas horas después de finalizar la jornada de exhumación de Francisco Franco, el PSOE –en campaña electoral desde hace semanas- comienza a colgarse medallas. “Pide” a la ciudadanía que no olvide “nunca” que ha sido bajo un gobierno “socialista” cuando se ha procedido a sacar los restos del dictador del Valle de los Caídos, lugar construido por presos y esclavos del franquismo y que se convirtió, con más de 33.800 víctimas del terror fascista, en mausoleo al genocida desde su entierro en noviembre de 1975.

Además, se vanaglorian desde el Ejecutivo en funciones de Sánchez de haber cumplido con la ley de Memoria Histórica de manera “sobria”, “sin rendir honores” al dictador y siendo, como “ejemplares demócratas”, respetuosos con una familia que recoge los restos de un asesino que nunca tuvo ningún tipo de compasión hacia quienes, ya vencidos, imploraron por su vida y por la de su gente. Sin duda, se han consentido demasiados respetos para un impresentable y para su prepotente familia, que ni aún durante el ejercicio de cumplimiento de una ley, como la de Memoria Histórica, dejaron de intentar imponer su voluntad, como han estado acostumbrados a hacer siempre y desde siempre en esta “democracia” tan permisiva.

Si bien es cierto que sacar los restos de Franco de Cuelgamuros era algo que había que hacer sí o sí, también lo es que este acto no ha sido gratuito y quienes se han encargado de “protagonizarlo”, erigiéndose en los máximos sufridores de la represión franquista, han sabido obtener algo a cambio, precisamente con unas elecciones generales a la vista. El PSOE ha logrado convertir la exhumación de un asesino en un exitoso espectáculo, tanto para el Gobierno en funciones como para la propia familia y el puñado de fascistas que les han estado jaleando durante horas. Han conseguido llenar minutos de programas informativos especiales, por no hablar de la prensa del corazón que andará sacando el lado más humano de toda una banda criminal que lleva viviendo décadas de lo robado al pueblo español.

Vítores y proclamas hacia el genocida y su régimen de terror, paseíllo a hombros, medios estatales y del Ejército a disposición de la familia para el traslado de los restos hasta el nuevo lugar de “reposo”, oficiales del Ejército español -supuestamente democrático- cuadrándose al paso de los nietos del caudillo, emisión en directo a través de la televisión pública –la de todos y todas- de cada detalle, entrevistas a pie de cementerio a golpistas del 23F, hijos de golpistas oficiando misas a momias de asesinos fascistas, banderas con pollos por todas partes, nietos del dictador “muy preocupados” por la libertad de prensa de este país, y algún Borbón orgulloso y sin trono desafiando al personal con actitud chulesca y prepotente.

Si todos estos ingredientes no dan para hablar claramente de “funeral de Estado” al menos que puedan servir para una película de humor surrealista, porque que Francisco Franco haya tenido oportunidad de enterrarse dos veces mientras miles de personas continúan desaparecidas o sin identificar en cunetas y fosas, demuestra que la española no fue una transición, sino una de las mayores traiciones de partidos e instituciones a su pueblo.