RNtv Briconsejo nº 34 Trabajar en prisión es un “premio”

En nuestro programa de hoy estamos analizando la condiciones de las personas trabajadoras presas y por ello es imprescindible que nos hagamos eco del trabajo informativo realizado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), organización que cuenta con una trayectoria de más de 25 años en defensa de los derechos humanos.

Al igual que que esta organización, creemos que el trabajo en prisión es un tema sobre el que se debate muy poco debido principalmente al oscurantismo que acompaña a todo lo que está relacionado con el mundo de la cárcel. Además, trabajar en prisión es un “premio” que no puede llegar a todas las personas condenadas, por eso la mayoría de ellas no quiere señalarse intentando denunciar determinadas situaciones o hablando abiertamente de ellas y perder de este modo su “trabajo” en la prisión.

Hemos de saber que la situación laboral de las personas presas, sus obligaciones, reconocimientos, representación sindical, etc. no son las mismas que para el resto de ciudadanas y ciudadanos del Estado español. A pesar de nuestras leyes, de nuestra Constitución, hay importantísimas diferencias entre la teoría y la práctica. Y la principal causante de estas, porque las fomenta y mantiene, es la propia Administración Penitenciaria que realmente no cree en la posibilidad de rehabilitación de las personas condenadas y destina la mayoría de los esfuerzos y recursos al régimen, a la disciplina y a la seguridad en lugar de hacerlo, en otra proporción, a la formación de estas personas.

Las personas presas trabajadoras se ganan la vida en unas condiciones pésimas. No solo tienen que demostrar una serie de aptitudes que les permitan desarrollar esa labor en la prisión, disponibilidad y cumplir una serie de normas, sino también su conducta tiene que ser “impecable” y en muchos casos, para poder mantener el empleo, esto llega a rozar el servilismo.

Hemos de saber también que estas personas, que son alrededor de 15.000 en nuestro país, cobran unos sueldos inferiores a la mitad del salario mínimo interprofesional. De todas ellas son las mujeres, como siempre, las que se llevan la peor parte porque son discriminadas tanto en la modalidad de empleos que pueden desempeñar como en los salarios que reciben.

Nosotras queremos ayudar a estas personas sensibilizando a la ciudadanía a través de la denuncia pública de la vulneración de los derechos que sufren y fomentando otro tipo de relaciones laborales en estos espacios para que estas personas tengan los mismos derechos que las personas libres.