RNtv Somos anarcofeministas, queremos un mundo nuevo, pero no esta nueva normalidad
Una vez más, la patronal, la clase política y los sindicatos verticales se han unido para atentar contra la clase trabajadora, invisibilizando y silenciando aún más las desigualdades que sufrimos las mujeres.
La reanudación paulatina de la actividad en los servicios no esenciales, la estafa del permiso retribuido recuperable, el teletrabajo reconocido como medida de conciliación y no como medida preventiva para evitar la exposición al contagio de la covid 19, la omisión de permisos retribuidos para conciliar, las escasas medidas de protección en los centros de trabajo y la pérdida de empleo que ha derivado en muchos casos en la perdida de la vivienda, han azotado con mayor intensidad en los sectores feminizados y en consecuencia sobre las mujeres y las familias monomarentales, sometiéndonos al aumento de todas las brechas que sufrimos por el hecho de ser mujer y clase trabajadora.
Aprovechando la pandemia el estado ha creado unas medidas más represivas para nosotras. Mientras nos encarcelan dentro de nuestras casas, condenándonos a la sobrecarga que supone asumir todos los cuidados y paralizan nuestras vidas, nos obligan a mantener activo el sistema capitalista a través del teletrabajo.
Vulneran nuestros derechos conquistados (implantando los ERTE, flexibilización total de horarios…) dando así, continuidad a la aspiración eterna de la patronal que poco a poco va consiguiendo su propósito: trabajadoras disponibles en un breve espacio de tiempo, sin derechos y sin protestas.
Nombrar y visibilizar las desigualdades que sufrimos es imprescindible para tomar consciencia hacia esa transformación por un mundo libre e igual.
Una vez más, las mujeres nos hemos autoorganizado para cubrir todas esas carencias que la clase política no ha querido resarcir.
Las mujeres que trabajan en Sanidad han tenido que asumir un considerable aumento de horario laboral y de riesgos sanitarios a causa de la pandemia e incluso, muchas de ellas, han tenido que abandonar temporalmente su hogar y su familia como medida de prevención.
Nosotras mismas hemos creado redes de apoyo para ayudar a las personas vulneradas, a las mujeres que han sido encerradas con su maltratador y a todo ese gran sector feminizado que forma parte de la economía sumergida y son olvidadas por los medios de comunicación y los estados.
La brecha salarial, el paro, la desigualdad, explotación y marginación tienen rostro de mujer en esta sociedad patriarcal, machista, violenta y capitalista.
No podemos olvidar a todas aquellas mujeres trabajadoras privadas de libertad que son explotadas laboralmente por conocidas y renombradas empresas.
La educación feminista y la autoorganización de las mujeres son nuestras principales herramientas.
Somos anarcofeministas, queremos un mundo nuevo, pero no esta nueva normalidad.
Por ello, llamamos a la revolución, para juntas, destruir la sociedad machista y heteropatriarcal que nos asfixia y que busca la desintegración de nuestra fuerza feminista.
Por un mundo en el que la igualdad no sea una utopía, sino esa realidad que las mujeres libres luchamos por construir.