RNtv Precarización de las las condiciones laborales de la clase trabajadora
Las reformas laborales de los gobiernos de Rajoy y Zapatero no han sido derogadas ni modificadas sustancialmente. Esto significa que las empresas siguen disponiendo de las mismas herramientas que les permiten seguir destruyendo puestos de trabajo a toda máquina y precarizar aún más las condiciones laborales de la clase trabajadora.
En la actualidad, a causa de la pandemia del Covid-19, hay más de un millón de personas en ERTE, y se prevé que la mitad de ellas sufrirán un ERE, perdiendo su puesto de trabajo definitivamente y uniéndose a las más de cuatro millones de personas desempleadas en la actualidad, a las que el estado les niega su derecho más esencial como clase trabajadora: el derecho a “ganarse la vida”
Lejos de mejorar la calidad de vida de las personas trabajadoras, las reformas laborales han “atornillado” un mercado laboral basado en la subcontratación, la especulación y la temporalidad.
Uno de cada cuatro contratos en España son temporales, y de éstos el 41,4% son por obra y servicio, y el 25 % del total son de una duración media de 7 días. El trabajo estable es ya casi una quimera y, lejos de acabar con el paro, la estabilidad laboral se ha trasmutado en periodos continuos de intermitencia.
La subcontratación de tareas de una empresa a otra, es producto de las sucesivas Reformas Laborales. Esta novedad de poder subcontratar tareas de una empresa a otra, nació bajo el paraguas ideológico de la productividad. Se entendía así que la especialización traería incrementos de la capacidad.
Por eso, no se puso en la práctica ninguna traba legal a esta figura. En una primera fase, efectivamente, se subcontrataban tareas especializadas y las que eran anexas a las básicas de la empresa. Pero en la guerra por alcanzar el mayor beneficio posible en el menor tiempo posible, todas las grandes empresas han recurrido a la subcontratación de todas las tareas, incluidas las que dan objeto a su función empresarial. ¡Nada nuevo en la historia del capitalismo!
En todo este juego economico entran las Empresas de Trabajo Tempora´,00 l00lamadas ETT, cuya finalidad es la de contratar trabajadores y trabajadoras, para cederlos temporal0mente a otras empresas para hacer frente a necesidades coyunturales. Actualmente tienen autorización para operar como tales 275 empresas.
En 2019 se rea0lizaron casi cuaro millones y medio de contratos por parte de estas empresas, estos contratos han afectado a un total de 779.061 personas distintas, acumulando cada una de ellas una media de 5,6 contratos al año.
En cuanto a la Inspección de Trabajo, parece que a estas empresas no se las presta la debida atención, ya que solo ha tenido 826 actuaciones en empresas de ETT con 220 sanciones y que solo afectan a 14000 personas.
De nada sirven modificaciones puntuales a las Reformas Laborales de las eras Zapatero-Rajoy. Las pocas que se han realizado se han demostrado insuficientes. Es necesario derogarlas al completo, para evitar abusos como los despidos masivos una vez finalizados los ERTE de la pandemia, las indemnizaciones de miseria en caso de despido, el incremento galopante de la temporalidad, el desmantelamiento de la negociación colectiva, la falta de supervisión por parte de la autoridad laboral en caso de Expedientes de Regulación de Empleo, así como la rebaja en cuanto a sus requisitos.