RNtv Economía ¿Colaborativa? 1
Empresas como Uber, Blablacar o Bicing están catalogadas dentro de lo que se ha venido a llamar “Economía Colaborativa”, un modelo empresarial que se vendió como una opción de posibilitar a particulares otra manera (entre comillas) más social o colaborativa de consumo en la economía capitalista.
Sin embargo, el tiempo se ha encargado de devolvernos a la realidad mostrándonos el lado oscuro de estos negocios en los que quienes tienen el monopolio de las herramientas informáticas, en las que están basados, tienen también la capacidad de organizar, gestionar y controlar, sin ningún tipo de riesgo, las condiciones de trabajo de las personas trabajadoras.
La Comisión Europea definió la “Economía Colaborativa” como “modelos de negocio en los que se facilitan actividades mediante plataformas colaborativas que crean un mercado abierto para el uso temporal de mercancías o servicios ofrecidos a particulares, aunque también pueden ser prestados a quienes actúan a título profesional”.
Otra definición destacable es la de Óscar García Jurado que la define como “una economía de servicios bajo demanda que obtiene beneficios de actividades que antes eran privadas usando herramientas informáticas.
Estas empresas se caracterizan por la ausencia de condiciones de trabajo regladas incidiendo directamente en los derechos de las personas trabajadoras.
Estamos ante un grave problema ocasionado por esta falsa economía ausente de cualquier cooperación social, que se ha logrado colarse entre nosotras con un rostro amable y que hace que las personas consuman productos o servicios sin peso de conciencia, olvidando la brutal explotación laboral en la que verdaderamente está sustentada.
El capitalismo ha conseguido generar una situación jurídica donde la única libertad existente es la del capital para desregularizar derechos laborales, medioambientales, fiscales, sociales, etc.
Los mercados, basados en la autorregulación, han logrado también que la ley de “la oferta y la demanda” sea la que marque las relaciones sociales y las laborales en las que los derechos mínimos desaparecen y donde la persona trabajadora pierde toda capacidad de negociación.